Oración a la Virgen de San Juan por el pan de cada día

La oración a la Virgen de San Juan es una plegaria que rezan los devotos de la localidad de San Juan de Los Lagos, México, en donde es venerada con mucho fervor. En este post les mostramos como rezar esta poderosa oración.

Oración a la Virgen de San Juan

La Virgen de San Juan de los Lagos, en México, es una pequeña imagen de la Virgen María que se encuentra en el santuario de esa ciudad y cuya presentación es según la advocación de la Inmaculada Concepción. Se le honra desde hace más de cien años en esa población donde es patrona.

Se le venera principalmente por el milagro de devolver la vida a una niña que había fallecido en un accidente del circo, donde ella hacía sus presentaciones en esa localidad. Según testigos del hecho, con solo colocar la imagen de la Virgen en el pecho de la niña, ella recobró la vida.

La imagen es visitada por millones de peregrinos al año de todas partes del mundo.

De allí que se halla dedicado una novena para venerar esta solemnidad, novena que les presentamos a continuación.

Novena a la Virgen de San Juan

Esta novena incluye oraciones para cada día y se puede rezar tantas veces como se desee, pero de manera especial los días previos a su festividad del 15 de agosto.

  • Por la Señal de la Santa Cruz
  • Padre Nuestro
  • Acto de Contrición
  • Oración inicial

«¡Oh Virgen Purísima, Madre admirable de Dios, abogada de los pecadores y Reyna de los ángeles!»

«Ves aquí postrado a tus pies al mayor de los pecadores, pues al Dios de la Majestad a quien con tanto amor concebiste, diste luz y creaste, ahora en el cielo su incomparable hermosura te llena de suma gloria».

«Pésame, Señora, de mi ingratitud, y propongo morir antes que pecar, y confío en tus amorosísimas entrañas de piadosa Madre, me alcances el gozo de la eficaz gracia en la cual perseveraré hasta la muerte. Amén»

  • Salutación para todos los días

«Dígnate, Virgen Santa, de que tu siervo te alabe y diga: Ave María, Ave cándida paloma. Ave refulgentísima estrella. Ave luz de sobremanera hermosa, Ave de los serafines cántico, Ave de los querubines, himno, Ave alegría del género humano. Pues tan poderosa eres, Señora, el perdón de los pecados nos alcances».

Oración a la Virgen de San Juan
Virgen Santísima
  • Rezo de la oración del día

Se reza seguidamente la oración correspondiente a cada día, con la misma devoción que rezamos la Novena a la Virgen del Carmen.

Primer día

«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María. Madre de Dios, templo suyo muy agradable. Sagrario del Espíritu Santo, puerta del Reino de los cielos y fuente de luz, por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra; inclina ¡Oh! Madre de misericordia, esos tus purísimos ojos hacia mi alma; mírala, Señora hecha a imagen y semejanza de Dios, ahora tan envejecida por mis culpas, tan apolillada por los apetitos, tan deshecha por las pasiones; compadécete. Señora de su ruina y alcanza de Dios Nuestro Señor que así como tu santa imagen, por ser imagen tuya, quiso su majestad que se renovase por manos de ángeles, mi alma por los esmeros de la gracia, concediéndome también lo que te pido en esta novena, si es para gloria de su divina majestad y bien de mi alma. Amén».

Segundo día

«¡Oh Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, Templo suyo muy agradable, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos, fuente de luz por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, vuelve a mi ¡Oh madre soberana! Esos, tus misericordiosos ojos, compadécete de mi, que soy de aquellos que teniendo ojos no ven. Y pues eres divina dame la luz que deseo para no tropezar con los engaños del mundo, para no caer en los lazos del demonio ni perecer en los precipicios de la carne, y si el favor que te pido en esta novena me conviene y es del agrado de Dios, concédemelo y si no, dame resignación perfecta en la divina voluntad. Amén».

Oración a la Virgen de San Juan
Nuestra Madre Santa

Tercer día

«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo muy agradable, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino del cielo médica soberana, por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre, los ojos de tu misericordiosa a este enfermo concebido en flaquezas y miserias, lleno de dolencias en el alma y cuerpo, a Ti vengo para sanar, a Ti que eres la piscina de Siloé, que sanas paralíticos y que eres el Jordán para los leprosos, el óleo para los heridos, generoso vino para los flacos, caridad para lso tristes, consuelo para los afligidos, confortativo para los pusilánimes, antídoto para el mortal, veneno y general médica y medicina de todos los enfermos, sáname Señora, de todas mis enfermedades interiores y exteriores, y concédeme también el favor que en esta novena te pido si ha de ser remedio para mi salvación, y si no concédeme lo que fuere del mayor agrado de Dios Nuestro Señor. Amén».

Cuarto día

«¡Oh Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, Sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, los ojos de tu piedad a mis indignos ruegos, los cuales a tu clemencia claman. Bien sé Señora que merecía ser desechado y tratado como perro, cual otra Cananea, por Cristo tu divino Hijo, pues por mis graves culpas he sido peor que un bruto. Pero Tú, piadosísima Madre, que no desdeñas el favorecer aun a éstos, dígnate de alcanzarme de su majestad la gracia, de parecer una migaja del Eucarística pan que tú preparaste al calor del Espíritu Santo en tu purísimo vientre, para nuestra salud y vida eterna; si el favor solicitado en esta novena conduce a este fin, concédemelo, y si no, que se haga lo que fuere del divino agrado. Amén».

Oración Milagrosa a la Virgen de San Juan de los Lagos - Peticiones

Quinto día

«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del cielo por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, esos luceros refulgentísimos, tus misericordiosos ojos. Mírame Señora, que naufrago las amargas aguas de los trabajos, combatido del viento de las tentaciones y de las olas de las enfermedades, sin tener otra esperanza que en Ti, que como estrella benigna me has de ayudar para que no perezca. Alcánzame, Señora que al suave soplo de la gracia en la nave de la Santa Iglesia, camine seguro a la patria celestial, y si el favor que te pido en esta novena conduce a este fin, concédemelo a mayor honra y gloria de Dios y bien de mi alma. Amén».

Sexto día

«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del cielo por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia esos tus divinos ojos a este indigno siervo que encendido en ira se abrasa, en llamas de concupiscencia se quema y en brazas de apetito se arde. Compadécete, Señora de mi, y haz que entre tan crueles llamas no me consuman, antes quede tan purificado, sin mancha de culpa, que abrasado sólo en fuego del amor divino, camine seguro en la patria celestial, en donde espero lograr por tu intercesión, la bienaventuranza eterna, y si para este fin conduce la gracia que te pido en esta novena, concédemela a mayor honra de su divina majestad. Amén».

Séptimo día

«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre del bellísimo amor, las llamas de ese volcán de tu caritativo corazón al mío, para que a su calor se abrase, su actividad se anime y a sus apacibles truenos despierte del sueño en que los tres enemigos pretendan robar el templo vivo de Dios que es mi alma. ¡Ay! Señora, no lo permitas, mira que en ella está el tesoro de la purísima sangre de tu amable Hijo Jesús, mira que es la misma que tú liberalmente le diste en la encarnación, con el fin de que la vertiese a raudales en la cruz para nuestra dicha; acuérdate Señora, que entonces con indecibles dolores, aceptaste ser madre de los hombres, y estos en cabeza del purísimo apóstol San Juan, son hijos y esclavos tuyos».

«Señora, si para este fin conduce lo que te pido en esta novena, alcánzamelo de su Majestad a mayor honra y gloria suya. Amén».

Inmaculada Concepción

Octavo día

«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, esos tus ojos refulgentísimos a mí, pecador, haz Señora que tus milagrosos rayos de luz inclinen y alumbren mi alma para que registrando mi conciencia y lo mas oculto de mis culpas, horrorizado de mi fealdad, la procure limpiar con una buena confesión y lavar con lágrimas de constricción, no permitas, madre admirable, salga yo de tu presencia sin el logro de esta dicha, sin la riqueza de esta gracia y si lo que te pido en esta novena conduce a este fin, concédemelo a mayor gloria de Dios y tuya. Amén».

Noveno día

«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo muy agradable, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino del cielo médica soberana, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, los ojos de tu piedad a mis indignos ruegos, los cuales a tu clemencia claman. Compadécete, Señora de mi, y haz que entre tan crueles llamas no me consuman, antes quede tan purificado, sin mancha de culpa, que abrasado sólo en fuego del amor divino, camine seguro en la patria celestial. Señora y si para este fin conduce lo que te pido en esta novena, alcánzamelo de su Majestad a mayor honra y gloria suya, y provecho de mi alma. Amén».


«Un gran portento apareció en el cielo, una mujer vestida del sol,

la luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas».

  • Primer cuaternario:
    • Señora mía de San Juan, Virgen y celestial Paloma.
    • Todos: Tú defiendes, Madre mía, a los que rezan tu corona.
    • Pues que nos proteges tanto como verdadera Madre.
    • Todos: Haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Se reza: Un Padre Nuestro, cuatro Avemarías y un Gloria.

  • Segundo cuaternario:
    • Señora mía de San Juan…

(Se ora igual que en el primer cuaternario)

  • Tercer cuaternario:
    • Señora mía de San Juan…

(Se ora igual que en el primero y segundo cuaternarios y se finaliza con la Antífona, la oración y ofrecimiento que siguen)

  • Oración de San Agustín para honrar a la Santísima Virgen

«Acordaos, ¡Oh piadosísima Virgen María! Que jamás se hay oído decir que alguno, que a ti se acogiese y pidiese socorro y protección, haya sido desamparado. Yo animado con tan dulce confianza, acudo a ti ¡oh! Madre del Divino Verbo menospreciar mis súplicas, sino dignarte, propicia, de verme y favorecerme. Amén».

San Agustín de Hipona
  • Ofrecimiento

Se hace el fervoroso ofrecimiento a la Soberana Emperatriz de los cielos, María Santísima, para que atienda las súplicas de sus fieles devotos y para solicitarle sus gracias.

Los creyentes postrados ante la presencia de la Virgen, ofrecen tres Padre Nuestro y doce Ave Marías, en honor de aquellas doce estrellas con que el Apóstol y Evangelista San Juan la contempló coronada en los cielos.

Agradecen también con mucha devoción a la gloriosa Santísima Trinidad por sus infinitas gracias y regocijados de corazón los devotos contemplan y meditan sobre sus misterios y virtudes singulares. Exaltan a la excelsa Virgen por su corona de estrellas sobre sus purísimas sienes, desde el primer instante de tu Inmaculada Concepción.

Ante esta particular exaltación, ruegan a la Purísima Reina que los llene de sus virtudes y fortalezas, para vencer a los enemigos del alma, y les conceda la gracia necesaria para merecer la corona que ansiosos esperan del cielo a los que fielmente luchan y perseveran hasta el fin.

También le piden a la Santa Madre que asista y proteja a la Santa Iglesia, al papa, a cada de los representantes del clero secular y regular, así como a todos los gobernantes para que los ilumine y les conceda la capacidad de servir debidamente a todo el pueblo de Dios.

Ruegan, igualmente, para que la Virgen Serenísima mire con compasión a los herejes e infieles y los socorra para que puedan salir de la tenebrosa noche de errores e ignorancias en la que se encuentran sometidos.

También imploran por las benditas ánimas del purgatorio de manera que se les conceda el apreciado beneficio de su libertad y puedan acudir fervorosamente a bendecir y alabar al Dios Padre en la eterna bienaventuranza de la Gloria, tal como se pide con la novena a las benditas almas del purgatorio.

Almas del Purgatorio

Oración para una petición imposible

A la Virgen de San Juan se le suele también rezar para implorar por su intercesión ante Dios por casos difíciles. Los fieles acuden al altar y ofrecen esta oración a la Virgen de San Juan y le oran para que con su Mirada Misericordiosa, se conduela de sus pecados y logre que Nuestro Señor escuche sus súplicas. Esta es la oración:

«Mi amadísima Virgen de San Juan de los Lagos, Santísima Virgen María soberana,

digna Emperatriz del Cielo y de la tierra, que en tu venerable Imagen de San Juan

con tu bello rostro y tiernas manos en el pecho, enjugas nuestras lagrimas y nos curas nuestros males».

«Tú , mi Virgen Piadosísima, eres la que nos «roba los corazones y nos llenas de beneficios y milagros,

y, como bendita Madre protector, nos llenas con Tu amor».

«¡Envuélvenos, pues, Madre Santo, con Tu acogedor Manto Azulado

y ayúdanos a conseguir las misericordias del Altísimo!»

«¡Señora Sanjuanita de los Lagos, te doy mi corazón. ¡Cómo no he de alabarte y venerarte a Ti que todo lo das!»

«¡Cómo no he de amarte si nos llenas de tesoros celestiales, pues por tus virtudes y méritos todo lo consigues de Dios!»

«¡Oh Beatísima Mater Inmaculata, ruega por nosotros y por tu pura concepción y caridad sin igual,
pide al Señor perdón por mis faltas y pecados!»

Devoción a la Virgen en San Juan de los Lagos

«Señora Mía de San Juan, Virgen y Celestial Paloma, Poderosa Mediadora entre el Padre y nosotros,

en tus manos pongo el dolor que aflige a mi corazón,

en tus manos dejo mis angustias y penas y con humildad y esperanza confío y espero en tu ayuda».

«Bienaventurada Madre Mía de San Juan,

sé que todos los que llegan ante tu Sagrada Imagen, llenos de fe y humildad a pedirte favores y auxilio
siempre son escuchados y atendidos con maternal solicitud, por ello te ruego, Virgen amada mía, que también acojas benignamente mis clamores, pues tengo confianza que en estos momentos de necesidad, tendrás misericordia conmigo».

«Hazme ver tu generosa bondad y lléname de dichas que alegren mi corazón
ahora sufriente y quebrantado por el dolor; a Ti Madre bienaventurada llena de amor
te rindo homenaje y ruego tumediación en esta difícil situación
que para mí, en mi debilidad, es imposible de remedar:»

(Se hace en este momento la petición con fervor).

«Virgen de San Juan, la flor mas dulce y exquisita, dadivosa madre protectora de tu hijos.
Tú que eres el remedio eficaz en todas las necesidades y tantos milagros obras a favor nuestro».
«No me dejes sin alivio y afiánzame en mis esperanzas, pide que sea auxiliado en mis dificultades y problemas
y nunca me abandones ante la adversidad, lléname de bendiciones, aléjame de lo que me pueda dañar
vigila mis caminos, ilumíname y acompáñame en esta vida y llévame de la mano ante tu Hijo Jesucristo».

Amén

Se rezan siete Avemarías, un Padrenuestro y un Gloria. Igualmente se puede rezar la Oración a la Virgen de la Medalla Milagrosa.

Es importante hacer la oración y los rezos durante nueve días seguidos.

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