Novena a los tres arcángeles para la unión familiar

Gracias a la novena a los arcángeles podemos hacer llegar al Santo Padre nuestros ruegos y peticiones. En este post les indicamos como hacerlo mediante esta novena dedicada a los tres Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

Dios nos concedió la gracia de poder contar entre nosotros con sus santos mensajeros a quienes les dio la misión de motivarnos a amar al Señor, a defendernos y protegernos de todo mal.

Es por ello que dirigimos nuestras plegarias y súplicas a través de estos mensajeros, quienes se encargan de llevar el mensaje hasta Nuestro Padre Celestial, quien prontamente nos socorre cuando requerimos de Él.

Estos mensajeros son los ángeles y arcángeles, que nos cuidan y ayudan en nuestras necesidades, y nos alejan de todo mal. Nos referiremos en este artículo específicamente a los tres Santos Arcángeles; a saber:

Esta novena se reza por nueve días consecutivos, haciendo una petición a cada arcángel cada día. Ellos estarán atentos para hacerlas llegar al Señor. También obtenemos la protección divina a través de la Novena a la Virgen del Carmen.

Les presentamos, a continuación, la novena de los santos arcángeles, mediante la cual podemos elevar nuestras plegarias al Señor.

Novena a los santos arcángeles

Oraciones iniciales

En este santo día, me dirijo a Ti, Dios Todopoderoso y Eterno,

para alabarte y expresarte mi adoración por ser el que dirige cada uno de mis pasos

y me llevas por el camino del bien.

Por eso digo: Bendito seas por toda la eternidad y pido que todos los hombres igualmente te adoren y sirvan.

También deseo expresar mi veneración por la Bienaventurada Virgen María, Reina de los Ángeles y Arcángeles.

Recibe, Santa Madre, todas las gracias y consuélame en cada momento de penuria,

como toda madre hace con su hijo.

Intercede por mi ante Tu Hijo Amado para que me conceda las gracias que pido, así como la salvación.

Amén.

Invocación al arcángel San Miguel

Siempre amado y esperado San Miguel Arcángel, príncipe de las milicias celestiales, fiel guerrero de Dios, vencedor del demonio infernal, en esta ocasión te invoco buscando tu poderosa intercesión ante el Padre Amado.

Has recibido del Padre Celestial fuerza y poder para derrotar al maligno en virtud de tu coraje, fuerza, bondad y humildad.

Es por ello que recurrimos a ti para que nos llenes de esa fortaleza ante el sufrimiento y de generosidad para con los más necesitados e incentives en nosotros la fidelidad inquebrantable que siempre tuviste hacia Nuestro Señor para poder cumplir siempre su voluntad.

Deseamos, San Miguel, imitarte en lealtad y amor a Dios y a Nuestra Bienaventurada Virgen María y lograr, así como ellos, prodigar amor y sosiego al más necesitado. Por ello también te rezamos la Coronilla o Corona a San Miguel.

Tú nos conoces de cuerpo y alma, sabes de nuestras culpas y faltas, así como también sabes de nuestro genuino arrepentimiento, por lo que te pedimos nos ayudes a vencer al espíritu maligno.

Como eres el mensajero de Dios que cuida a su pueblo, te encomendamos esa solicitud especial:

(Pedir con fe el milagro que se desea recibir)

San Miguel Arcángel, designado por Dios como el intercesor de los cristianos, confiamos plenamente en que atenderás nuestros ruegos y velarás porque el Santo Padre nos conceda la gracia que pedimos.

Te pedimos, San Miguel, que ruegues por nosotros, así como también por todos aquellos a quienes tanto amamos. Imploramos tu protección para que se alejen todos los peligros y nos socorras en nuestras necesidades diarias.

Es por ello que invocamos:

Tu poderosa fuerza para que nos guarde, proteja y mantenga a salvo a toda hora.

Tu armadura resplandeciente para que nos guarde y selle en tu flamante luz azul.

Tú y tus Legiones Azules para que corten toda creación humana que nos esté perturbando, así como todo hábito indeseable, reemplazándolo por pureza y perfección.

Para que reine la paz en toda la humanidad y que nada pueda venir en contra de su prosperidad.

Para que solo haya fuerza y protección de la llama de la vida, que tú prodigas y consuma todo lo destructivo e imperfecto.

Invocación al arcángel San Gabriel

Acudo hoy ante ti, San Gabriel Arcángel bendito, primeramente porque deseamos venerarte por ser el fiel mensajero de Dios, a quien le encomendó anunciar a la Virgen la Buena Nueva de la encarnación de su Hijo Amado Jesús. Eres por ello el siempre venerado «Ángel de la Encarnación».

Fuiste especialmente designado por el Santo Dios para llevar los mensajes relacionados con el Dios-Hombre y así tal cual los hiciste llegar a Daniel, a Zacarías y a Nuestra Bienaventurada Virgen María.

Eres, además, embajador de Dios Padre ante los hombres, protector de los hogares y arcángel de la pureza,

Es por ello que hoy te pedimos nos ayudes a dar mayor devoción a Nuestra Madre y que:

Abras nuestros oídos para captar los llamados que hace Nuestro Señor a nuestro corazón.

Permanezcas siempre delante de nuestros ojos para inspirarnos en ti e incrementar nuestro amor a Dios.

Nos ayudes a comprender correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos para cumplir aquello que Él quiere de nosotros.

Nos hagas vigilantes en la espera del Señor y que no nos encuentre dormidos cuando llegue.

Así también te veneramos por ser la «fuerza de Dios», consuelo y ejemplo de fidelidad, por lo cual también te honramos con Una efectiva oración de la sangre de Cristo.

Imploramos la gracia del poder de voluntad para alcanzar la santidad de la vida, apaciguar mis propósitos, renovar mi valor. Por tal motivo, suplicamos nos consueles en las penurias, pruebas y sufrimientos que nos aquejan diariamente.

San Gabriel, te pedimos especialmente por este favor:

(Pedir con fe el milagro que se desea recibir)

San Gabriel, glorioso ángel de la paz y la esperanza, a través de tu sincero amor por el Hijo de Dios hecho hombre y por su Bendita Madre, te rogamos intercedas por nosotros para que se nos conceda la petición que te hemos confiado, si esa es la voluntad de Dios.

Eres ser de luz, fiel y noble al Padre Eterno y, además, eres el dulce y tierno amparo de nosotros los hombres, motivo por el cual te hemos invocado desde lo más profundo de nuestro ser para que nos auxilies junto a tus Legiones de Ángeles y por el poder del que te ha revestido Nuestro Santo Padre.

Ruega por nosotros, San Gabriel Arcángel, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo y danos la sabiduría necesaria para salir victoriosos de las duras pruebas a las que nos expone Nuestro Señor para fortalecernos.

Invocación al arcángel San Rafael

Por tu excelso nombre que significa medicina de Dios, nos has mostrado tu sabiduría, virtud, fuerza y poder sanador, te rogamos nos sanes y nos alejes de todas las enfermedades espirituales que nos puedan asechar.

Tú que estás cerca del Dios Padre, San Rafael Arcángel, te pedimos le hagas llegar nuestras oraciones y te elegimos como nuestro patrono para amarte y obedecerte.

Por tal motivo nos consagramos en cuerpo y alma a ti, así como cada una de nuestras acciones, trabajo y toda nuestra vida. Sé nuestra guía y consejero en cada una de las decisiones difíciles que debamos tomar.

Te imploramos nos acompañes en esta lucha contra los espíritus malignos e impuros. Defiéndenos de todo peligro y asechanza del pecado. Llévanos por el camino de la paz, la seguridad y la salvación.

Lleva ante el Santo Dios nuestras plegarias para que gracias a tu intercesión, podamos alcanzar las gracias que pedimos y la salvación de nuestra alma.

Te pedimos ruegues al Santo Dios nos conceda este favor, si esa es su voluntad:

(Pedir con fe el milagro que se desea recibir)

¡Oh arcángel poderoso! ayúdanos, para que aprendamos de tu humildad verdadera y nos ayudes a saber socorrer a aquellos que requieren de ayuda material y misericordiosa a fin de mitigar sus sufrimientos.

Te rogamos, San Rafael bendito, nos ayudes a amar y a servir fielmente a Dios para que podamos morir en su gracia y, finalmente, alcanzar el mérito de unirnos a ti para ver y alabar a Dios.

Por eso deseamos también honrarte con la Oración de amor al Santísimo Sacramento. Amén.

Invocaciones finales