Los mejores temas católicos para reflexionar y meditar

En tu vocación hacia la religión católica es importante que te hagas escuchar por el señor por medio de oraciones cortas que te permitan contactar con él, claro está no necesariamente por medio de textos repetitivos sino también por reflexiones que hagas, Es por ello que este articulo contiene algunos Temas Católicos para Reflexionar de gran interés para jóvenes y adultos.

Temas Católicos para Reflexionar

Temas Católicos Para Reflexionar

La iglesia católica es una de las iglesias más antiguas que existe hoy en día, esta representa a la iglesia cristiana más numerosa en el mundo actual, es por ello que los creyentes tienen la responsabilidad de fortificar su fe en la misma, y por ello existen ciertas reflexiones católicas para jóvenes y adultos que te pueden ayudar.

Los Temas Católicos para Reflexionar son textos y argumentos que te permiten realizar opiniones, razonamientos y meditaciones propias sobre información de índole católico, que tienen el objetivo de llamar a la comunidad católica, desde los más jóvenes hasta los más adultos.

Es por ello que este post incluirá desde reflexiones católicas para jóvenes hasta reflexiones católicas a adultos mayores, y sin más que acotar, se empezará con las mismas.

Requiero de tu fuerza, Dios

Esta tema para jóvenes católico de reflexión es una oración en donde solicitas al señor que te dé fuerza para superar aquellos obstáculos que padece el camino de tu vida y a veces te hacen imposible seguir adelante, esta reflexión católica para jóvenes y adultos es muy efectiva cuando estés pasando por dificultades en tu vida, y dice así:

«No logro continuar por el buen camino sin tu ayuda. Requiero de tus sabias palabras, de tu fuerza, de tu apoyo, necesito confianza, seguridad y esperanza.

Habrá personas familiares, amigos o conocidos que con un simple gesto me pueden ayudar, que me han otorgado de su apoyo una cantidad de ocasiones para mejorar como persona.

Pero existen situaciones que ni las más intenciones prósperas de apoyo de la humanidad son suficientes para derrocar a mis defectos, vicios y perversidades, acabar con mi vagancia, abalanzarme a dominar mis miedos.

Temas Católicos para Reflexionar

Es por eso que pido de tu fuerza Señor, porque solo con tu poder celestial se puede acabar con los pecados y males de mi ser y ayudarme a salir de este abismo en el que caí.

Me pregunto si podré continuar por más tiempo, el cansancio es muy agotador, hay ocasiones en que las tentaciones se incrementan y originan indecisión e incertidumbre en mi corazón.

No obstante se que tú, Señor, no abandonas, de forma humilde y fiel pido de tu apoyo, fortifica mis esperanzas, lléname de ellas.

Es por este motivo, que no desfalleceré, porque se que estas presente en mi vida, a pesar de mis desconfianzas, seguiré luchando por mí.

El producto será bueno con tu inspiración a mi lado, tu compañía, con cada gesto tuyo, cuando tu me guías y fortificas mi corazón.

Señor, frente a mí hay personas importantes que esperan una palabra, una sonrisa, un abrazo, mi mano, un gesto que simplemente diga lo importante que son y el apoyo que les ofrezco.

Por ello señor, te pido empezar de nuevo con mas fuerza y te agradezco porque sé que con tu gracia preservará en el amor hasta el último de mis días; y me comprometo contigo a servir a mis hermanos».

Aprende a escuchar abriendo tu corazón

Este es un argumento que te permite meditar sobre la diferencia entre oír y escuchar, y cual es la importancia; es muy recomendado en las reflexiones católicas para jóvenes cristianos para que aprendan a escuchar en vez de oír.

Temas Católicos para Reflexionar

Es importante que en esta reflexión católica rememores recuerdos en los que haya habido una charla o un diálogo, por ejemplo haber asistido a una conferencia, estar presente en una conversación o incluso haber asistido a una homilía o escuchado un sermón.

Luego que recuerdes cualquier suceso acontecido,parecidos o iguales a lo anterior pregúntate: ¿cómo lo recibes? ¿cómo es escuchado?

Es importante aclarar que son solo dos formas en las que uno puede recibir y percibir la información que nos dicen, y de estas formas solo una es la que debemos tomar de manera oficial, ya que es la propia del hombre.

La primera forma es aquella donde oímos, es decir, es la manera en la que se recibe el sonido pudiendo ser algo que nos dicen o un simple tono que nos llega, más no procesamos nada.

Por lo contrario la segunda forma (escuchar), es cuando recibimos un sonido y este lo procesamos, por medio de la estructuración y organización de las ideas, decodificando la información y así generando la comprensión completa del mensaje recibido.

Por lo que la forma de escuchar idónea es aquella donde recibimos todo lo que escuchamos no solo como sonidos, sino comprendiendo la información que nos llega, y esto se hace efectivamente abriendo nuestro corazón.

Cuando se menciona la frase «Abrir nuestro corazón», es primordial destacar que nos referimos a aceptar las palabras del corazón que recibimos por medio de la persona que nos lo transmite.

En otras palabras, cuando recibimos un mensaje, el emisor al transmitirlo habla desde la profundidad de su alma, por lo que no solo está transmitiendo ideas, sino también lo que siente y piensa, su ser, a través de unas simples palabras, y por ello debemos aceptarlas y reconocerlas.

Es por eso que debemos mirar más allá de un mensaje a transmitir o a recibir, si transmitimos un mensaje se debe poner nuestro ser en cada una de las palabras que diremos y procurar que la información llegue adecuadamente.

Y al contrario si recibimos un mensaje hay que visualizar más allá de la idea, las doctrinas o las palabras que recibimos, debemos tomar esas palabras para tocar el corazón, y así dejar que la parábola se convierta en vida.

Niñez Espiritual

Este es un tema que forma parte de los temas católicos para reflexionar, y hace referencia a la necesidad y deber como adultos que tenemos de ser niños ante Dios, y cual es la importancia de esto.

Suele pasar que en ocasiones de nuestras vidas escuchamos frases como «Quisiera ser un niño de nuevo» o «me gustaría regresar los años y volver a ser niño» que incluso nosotros mismos lo pensamos y decimos, pero te has preguntado ¿por qué? existe esa añoranza a aquellos días de nuestra niñez que dejamos en el pasado.

Es importante que reflexiones en las siguientes preguntas ¿Qué piensas tú que tienen los niños diferente a los adultos y por qué es tan codiciado?, ¿Cuál es la añoranza de nosotros a esa etapa?, ¿Por qué en su mayoría las personas adultas al preguntarle en que momento han sido felices recurren a recuerdos de la niñez?

Para aclarar las preguntas previas es fundamental saber que existen elementos que hacen vida en un niño que lo caracterizan y le otorgan esa inocencia tan peculiar que tienen, estos pueden ser desde confianza, seguridad, naturalidad, ingenuidad, entre otros hasta llegar a la misma alegría.

Por lo que estos factores van disminuyendo y desapareciendo a medida que crecemos y la vida nos da mayores responsabilidades a cumplir, claro, esto no es una calamidad, de hecho forma parte del rumbo que toma nuestra vida, donde debemos seguir un camino determinado, hasta cierto punto.

Sin embargo, lo que ocurre es que dejamos que todo lo que acontece nos envuelva y nos formamos como seres dependientes de cosas «insignificantes» como son las decisiones que tomamos, pero es sustancial que evitemos esto, ya que nos atascamos en un vacío del cual en ocasiones se nos dificulta salir.

Debemos recordar que somos personas únicas y exclusivamente dependientes de alguien, siendo este el ser cuya voluntad fue la que nos dió la vida, Dios el creador de todo.

Dios es nuestro padre, es quién nos permitió el haber nacido y nos otorgó las habilidades para formarnos como individuos y desarrollar, reformar y mejorar al mundo. Es por ello que nosotros somos hijos de él, y con él sentimos ese amor, confianza, seguridad y protección que un padre nos puede dar.

Por lo que sin importar las veces que cometamos errores y nos equivoquemos el amor tan grande y único que siente Dios hacia nosotros no cambiara, él es nuestro sustento.

Esta es una de las bases que debemos retomar como adultos, volver a hallar en Dios una imagen de Padre que en nuestra niñez supimos mas no fue de nuestra comprensión sino hasta ahora.

Cuando re-descubramos y aceptemos esto con todo aquello que implique el reconocimiento, aparecerán nuevamente aquellos elementos tan particulares en un niño (alegría, naturalidad, confianza, entre otros), no obstante con otras expresiones y manifestaciones.

Esto no quiere decir que olvidemos las variadas funciones y responsabilidades que como adultos tenemos, si no que aceptando lo anterior podremos tener una niñez espiritual.

Cuando se hace referencia a la niñez o infancia espiritual se debe definir como aquel suceso donde permanecemos como niños enfrente de Dios, en otras palabras, es el hecho de esperar que Dios nos otorga lo que pueda, así como lo hace un padre con su hijo, y esto causara pocas inquietudes en nosotros como adultos.

Por lo que apoyándonos en nuestro señor, creyendo en él y dando nuevamente nuestra confianza en sus manos, lograremos recuperar esa alegría tan anhelada de nuestra etapa de la infancia.

Consejos que nos preparan a lo desprevenido

Esta reflexión para jóvenes católicos y adultos católicos, tiene como base el análisis acerca de situaciones que te agarran desprevenido y por lo tanto no sabes como actuar, para ello se colocará un ejemplo, que te permita meditar en el tema.

Soy una chica, que desde hace un tiempo desarrolló y creó una vida como un ser independiente a sus padres, tengo mi casa y mis cosas que logré conseguir por mi esfuerzo, pero me ha pasado que mis padres me visitan frecuentemente sin avisar con tiempo o incluso sin avisarme, por lo que no me daba tiempo de arreglar nada antes de su llegada.

Al llegar, me sentía avergonzada, porque siempre había algo que no estaba en el sitio adecuado (la basura fuera de la papelera, cosas tiradas en el piso, la sala desordenada u otras cosas más) lo que implicaba que mi hogar no se encontraba en las condiciones idóneas para recibirlos, y por ende medio organizaba para que no me dijeran algo.

Este suceso, que acontecía seguidamente, ocasionaba en mí una tristeza porque no los recibía como se merecían, con lo mejor, así como ellos hicieron conmigo cuando me criaron.

Por lo que decidí crearme ciertos hábitos que me permitieran organizarme, y para cuando ocurriese una visita imprevista de mis padres o cualquier otra persona, encontrarme preparada a la situación.

Viendo el ejemplo previo, visualizamos que existe una situación que ocurría en algunas ocasiones, por lo que la persona al analizar la misma determinó la causa del problema y aplicó ciertas técnicas (hábitos) que permitieron mejorar esa situación.

Te has cuestionado en algunas ocasiones ¿Cuántas y cuáles han sidos los momentos en los que limpio mi corazón y lo capacito y entreno para el momento en que el Señor me dé una visita? o te has preguntado ¿si tienes algo por ofrecerle?

Es importante que reflexiones sobre estas preguntas, ya qué, aunque lo dudamos habrá algún momento de nuestras vidas donde el señor nos de una visita inesperada y quizás no sabremos que hacer.

Para esto, es aconsejable determinar prioridades, el tiempo es algo que siempre estará presente y es indefinido, él no se acaba, por lo que el tiempo lo tienes.

Desde que nacemos hasta que nos morimos estamos en constante aprendizaje que nos permite el crecimiento y desarrollo personal, este aprendizaje se da por actividades como son ir al colegio, compartir con la familia o amigos, graduarnos, decidir estudiar en la universidad y empezar nuestros estudios, trabajar, formar una familia, u otros más.

Se puede decir que lo anterior son constantes metas básicas que nos establecemos como seres humanos, pero no te has preguntado que pasara luego de alcanzarlas, cuál es mi objetivo interno, que ocurre en mi interior.

Es por eso que se te ofrecerán ciertos consejos, para que lo medites y apliques, no solo para la búsqueda de una meta superficial, sino también espiritual.

Elabora una lista

Es primordial que organices tu día a día, y qué mejor forma que creando una lista donde determines las tareas con gran magnitud de importancia, con ellas puedes lograr los objetivos que te propongas, recordando que debes cuidar y ordenar todo lo que esta dentro de tu corazón.

Recuerda que todo lo que expresas al exterior se encuentra en tu interior, es por ello que mantener una vida espiritual te fortificará y ayudará a combatir a los obstáculos y retos que se aparezcan en tu vida.

De igual forma te sirve para convertir aquello ordinario en extraordinario; estas son las acciones que debes de tomar, es lo que el señor quiere de ti, que hagas lo que te corresponda sin olvidarte de Él.

Crea Hábitos

Aquellas acciones por más pequeñas que sean, tienen transcendencia en tu vida, estas te permiten crear y moldear tu voluntad, a tener una organización en cada aspecto de tu vida, por ellas adquieres la habilidad de controlar y dominar tus más intimas pasiones.

Por lo que es fundamental que crees pequeños hábitos como lo es arreglar tu cama cuando inicia el día o realizar una oración a Dios donde agradezca por tener un día más de vida, hasta que en un futuro logres establecer otro tipos de hábitos de igual importancia que los más sencillos.

Es fundamental que recuerdes que cada proceso es escalonado y progresivo, habrá ocasiones donde desfallecerás, pero ten presente que la perseverancia y constancia es una de las principales herramientas que permiten alcanzar las metas, no importan que tan pequeño sea el acto, lo que importa es la intención.

No supongas que todo esta resuelto

Como bien se sabe el tiempo es algo indefinido, que no acaba, es importante que pese a esto no supongas que todo esta resuelto, es decir, a pesar que es importante saber con seguridad de que el tiempo es interminable y sobra, suele ocurrir que no aprovechamos de este para realizar cosas que podemos en el momento.

No permitas que por flojera, vagancia u otras causas dejes lo que puedes hacer hoy para después, ya que quizás luego no podrás hacerlo. Es importante que organices tu tiempo y te ocupes de tus responsabilidades.

Puedes empezar por hacer el bien, nada cuesta una simple acción hecha con buenas intenciones que permitan desarrollarte como individuo en una sociedad, como es esa.

No dejes de creer en Dios, no dejes aun lado la fe en él, ya que luego pasará tu vida y en el último momento quizás será tarde.

Ningún ser humano tiene la seguridad que habrá un mañana, por lo que cada nuevo día es una nueva oportunidad que se te otorga para hacer y sacar lo mejor de ti, no sabes si de ti depende una sonrisa de alguien por el simple hecho de saludar o incluso de decir por favor.

No olvides que los pequeños detalles marcan la diferencia en nuestro día a día, y cada uno de nuestros actos suman o restan para el acondicionamiento de nuestro corazón en el camino hacia la santidad.

Cada uno de nosotros tiene preparado una vida de felicidad planeada por el mismo Dios, por lo que un simple acto de obediencia a él puede marcar la diferencia, recuerda que debemos estar dispuestos a escuchar, porque el que escucha prepara su corazón para lo mejor, no te predispongas al plan que Dios hizo para ti.

Recuerda que el Señor creó a la humanidad con el objetivo de lograr que esta fuese feliz; es él quien nos proporciona diversos objetivos, siendo uno hacer el bien, ya que cada una de las personas cuando hace un simple acto de bondad, humildad y bienestar genera en si un sentimiento de bien, por lo tanto es una necesidad.

Dios nos creo para originar un bien mayor, pero como no todo es fácil en esta vida, él nos dejo unas ciertas normas que nos permitirán lograr ese objetivo, y una de estas es el amor.

Pensamos que amar es difícil cuando en realidad es entregar todo de ti de forma incondicional, sin tapujos ni males. Incluso llegamos a pensar que fue un capricho del señor, eso a lo que llamamos amor, lo cual no es, y por eso decidimos romper sus reglas y crear las nuestras, en eso cometemos un gran error porque al final nos damos cuenta que no logramos vencer todas las barreras que el camino nos puso, por lo que debes hacer que cuente.

Ama incondicionalmente y permite que te amen, recuerda que Dios está a tu lado apoyándote.

El tiempo forma parte de uno de sus regalos, aprovéchalo y no lo desperdicies. Hoy es el día de ser mejor persona, mejor humano, agrada a Dios.

Trabaja en ti para mejorar, para ello debes creer en ti y en tus fortalezas, aprende a usar los talentos que se te otorgaron, aprovecha del tiempo para hacer el bien y no el mal.

Desde hoy puedes iniciar a preparar tu corazón y que así, no te pillen desprevenido, tienes la ventaja de tener el tiempo en tus manos, está en ti establecer prioridades, recuerda que el pasado ya pasó, no regresará, el futuro aún no ha llegado y es lo que vives en el presente lo único seguro que tienes, espero que esta reflexión católica te haya sido de ayuda.

Construir la Vida sobre la Roca

Esta es un Tema para jóvenes católicos de reflexión, donde se meditará acerca de cómo la vida se nos otorgó como un regalo y por ello debemos aprovechar de este para hacer el bien, aplicar buenas acciones que llenen nuestro espíritu y nos complementen. Por lo que se iniciará mencionando el evangelio de Mateo 7, versículos del 24 al 27, que dice así:

“Jesús dice: Toda aquel que me escucha y coloca en práctica mis palabras, será asemejado a un hombre prudente que edifica su casa encima de la roca.

Podrá llover, haber ventiscas, que los ríos se desbordaran o incluso que los vientos se abaten sobre ella, y la misma no caerá porque fue construida sobre la roca.

Por el contrario todo aquel que escuche mis palabras más no actúe en base a estas, se asemejara a un hombre terco cuya casa fue edificada en la arena movediza.

Cae la lluvia, se desbordan los ríos o los vientos soplan fuertemente, y la casa caerá y su ruina será inmensa”.

Este es uno de los objetivos primordiales que debemos tener presentes en nuestra vida, construir la misma sobre la roca, la cual representa una base sólida, siendo estas las palabras del Señor.

Debemos tener presente que la misma es una sola y que vivimos una sola vez, por lo que el tiempo que tenemos en nuestra vida es otorgado por Dios como un regalo y debemos de aprovechar y no usarlo en vano.

Cuando nos referimos a usar en vano en base a la parábola previa, hablamos de construir algo en nuestras vidas, que quizás pensamos que está bien, de forma inconsciente lo llegamos a creer con fervor, y luego cuando menos los pensamos y esperamos eso que construimos se desploma por haberse edificado en algo inestable como lo es la arena movediza.

Es por eso que estas palabras de Jesús son una de las más sabias que pudo haber dicho a la humanidad; tenemos la responsabilidad de analizar y meditar sobre lo que queremos construir en nuestra vida, si es algo fortificado o algo inestable que con el tiempo puede acabar, construir nuestra vida en una roca firme nos hará atravesar la frontera del tiempo y anclarnos en la eternidad a Dios.

De igual forma, es importante recordar que la vida fue algo que se nos cedió, ninguno la pidió. Nacimos en la tierra, en una familia, en un estado, en un contexto histórico concreto, no tuvimos la decisión de elegir las particularidades de nuestro nacimiento, al igual que elegir la dotación genética, el coeficiente intelectual, el color de cabello y otras características que nos hacen diferentes uno de otros, es por eso que esta es otorgada como un obsequio que debemos valorar, es un dote misterioso que podemos investigar.

Para construir tu vida existen herramientas y materiales que te ayudarán en ello, por lo tienes el deber de averiguar cómo usarlas. La principal labor del ser humano es la de encontrar cuál es el sentido de la vida.

Al momento de nacer y crecer, llega un momento de nuestra propia historia en el que nos preguntamos ¿Por qué existimos?, ¿Cuál es mi papel en el mundo?, ¿Qué sentido tiene mi vida?, ¿Cuál es el rumbo que debo tomar?, ¿Quién me otorgo todos estos dones?, ¿Cómo usar y qué hacer con ellos?

Dichas preguntas son importantes porque te permiten reflexionar acerca del propósito y del destino que tienes en este mundo terrenal, las mismas sirven de factor analítico para buscar el sentido de la vida, son cuestionamientos que te permiten determinar la identidad y el fin a llegar, por lo que si no sabemos cuál es éste último, se nos complicará llegar a él.

Es indispensable saber que existen fines u objetivos, pudiendo determinarlos como secundarios, que son fáciles de encontrar, más estos no forman parte o no son el objetivo principal de mi existencia.

Dando un ejemplo, imaginémonos que una mañana decidimos ir a la Avenida Nueva York y le cuestionemos a las personas cuál es su objetivo inmediato, estas en su sano juicio responderán inmediatamente frases como “Invertir en la Bolsa”, “Ir a mi trabajo”, “Irme de shopping”, “Dar un paseo por el Central Park”, “Ir a una visita guiada al museo Metropolitano” u otras actividades más.

Por el contrario, si decidimos hacerle una pregunta relacionada a un objetivo próximo a cumplir como lo es ¿Cuál es el fin de tu vida? o ¿Por qué viniste el mundo?, muchos no tendrán la respuesta, o simplemente responderán cosas como “formar una familia”,” ganar dinero”, “ser feliz” o simplemente se encogerían de hombros y se irán observándonos como extraños.

Esto hace que muchos seres humanos lleguen al fin de sus tiempos y no hayan descubierto en su larga o corta vida cual era el sentido de la misma, a ellos se le aplica la inscripción «Aquí yace alguien que nunca supo por qué vivió».

Es absurdo e incoherente vivir sin conocer el porque, diariamente lidiar con problemas o sucesos que nos acontecen y aun así llegar a nuestros hogares en las noches y no haber descubierto cuál es la finalidad de este frenético curso que recorremos, saber si han valido la pena tantos esfuerzos. De igual forma desconocer el por qué  soportar tantas fatigas y cansancios, tantos sacrificios si no sabemos cuál es la meta a alcanzar.

Debes tener presente que el hecho de que tomes un poco de tu tiempo a meditar sobre el sentido de la vida, no se considera como un tiempo perdido, por el contrario, es un tiempo productivo.

Tienes la oportunidad de usar el tiempo que necesites para construir lo que desees en tu vida, ya que recuerda que  el tiempo es lo que más nos sobra, solo debemos usarlo de forma adecuada que nos traiga pro y no contras, a realizar actividades que nos ayuden a crecer y no decrecer, a desarrollarnos como individuos, construir una casa encima de la roca.

Cada vida tiene un significado y sentido propio, tiene un camino que debe tomar y un curso por el cual seguir, por lo que sí existe una razón de ser, y es de sabios y prudentes dedicar a descubrir cual es tu propósito de vivir, por lo que empieza buscar el tuyo,, y se espera que esta reflexión católica te haya abierto los ojos para bien.

Habilidad de Escuchar

Esta se puede considerar como una reflexión para jóvenes católicos, y quizás te preguntarás ¿Por qué solo para jóvenes? o ¿no puede servir para que los adultos también esta reflexión?

Si respondemos dichas preguntas, es importante destacar que la reflexión sirve para cualquier tipo de personas, sin importar la edad, pero el tema puede ser de mejor información para los jóvenes.

Recordemos qué, mientras vas creciendo y desarrollándote, adquieres madurez espiritual y emocional por las diversas experiencias que vas adquiriendo, por lo tanto, es más propenso a que un adulto haya desarrollado ciertas características que un niño o adolescente no, como lo es la habilidad de escuchar.

Cuando exponemos y argumentamos una opinión, es sabido que siempre es satisfactorio ser tomados en cuenta, pensamos internamente que nuestros argumentos suelen ser mejores que el de las demás personas, por lo que nos gusta que nos escuchen.

Lo que puede ocasionar que no tomemos en cuenta las opiniones de los demás; no solo es decir nuestras opiniones con nuestros argumentos, sino que también debemos considerar como se siente una persona, cuál es su carácter o incluso sus maneras de actuar.

Por lo que la habilidad de escuchar pasa a ser una gran capacidad de los cristianos, ya que consiste en desistir de nosotros mismos, dejar a un lado nuestras ideas (por un momento), apartar brevemente nuestros sentimientos y emociones para disponernos a escuchar lo que la otra persona tiene por decir.

Dentro de la habilidad de escuchar se encuentra implícitamente la habilidad de callar, y esto a su vez simboliza dejarse a uno mismo, desistir del egoísmo propio y natural donde sentimos la necesidad de ser escuchados de todas las formas y maneras posibles.

Por lo que el arte de escuchar, debe estar constantemente en ejercitación indistintamente de la persona con la que mantenemos una charla o conversación, permaneciendo unidos a nuestro Señor lograremos vencer aquellos momentos donde el egoísmo haga acto de presencia que nos promueve a imponer nuestros argumentos olvidando así lo que los demás tengan que decir.

Por lo que quien está con Cristo, y cree en él será capaz de escuchar a los demás, aceptando las opiniones externas a las propias, escuchando lo que tienen por decir y por sobre todo ser apéndice de caridad.

Como se mencionó previamente quien escucha calla, es por eso que esta habilidad es una gran virtud, ya que sabremos amar y respetar al prójimo.

De igual forma es indispensable reconocer, que callar no implica el poder tener un debate saludable, callar implica creer y estimar las opiniones ajenas a la nuestra, asimismo se debe tratar de prevenir que excluíamos la caridad y abrimos camino al propio egoísmo, ya que esta origina tapaduras en nuestra mente y en nuestro corazón.

Colocando un sencillo ejemplo, como lo es una relación de pareja, a veces dejamos que ciertas situaciones que ocurren nos sobrepasen y no callamos, si aprendiésemos a callar por amor se evitarían discusiones, peleas, críticas destructivas y palabras lastimeras a nuestra pareja.

Por lo que aprender a callar cuando es necesario no solo es un tema de prudencia, sino también de amor al prójimo, amor cristiano, como nos enseñó Jesús, es la batalla contra el egoísmo y la soberbia diariamente, de dejarnos dominar por nuestros oscuros deseos y por nuestras emociones negativas.

Es importante entonces que por medio de este tema católico para reflexionar, hayas meditado sobre aprender a decir las cosas, saber permanecer en silencio cuando se requiere y con ello escuchar las opiniones de los demás respetando así sus argumentos; esta sencilla acción puede empezar con la familia (nuestros padres, hijos, hermanos, abuelos…) e incluso realizarla en las calles, en nuestro entorno social, siempre con Cristo presente en nuestras vidas.

Nobleza y Belleza de lo Sencillo

Esta es una reflexión católica para jóvenes y adultos en donde se meditará acerca del conocimiento intelectual que posee cada uno de los seres humanos y como poder usarlo para hacer el bien.

La inteligencia que posee el ser humano es una virtud de gran nobleza y belleza que encuentra su final no en la manifestación propia del pensamiento, sino en la precisión, lucidez y sencillez de éste al ser expuesto, cuando expresamos una frase sabremos su sentido verdadero cuando la misma es comprendida y aceptada por la persona o grupo de personas a la cual fue dirigida.

Para muchos personajes famosos, lideres o incluso estudiosos intérpretes, es importante expresar un lenguaje culto ya que es sinónimo de inteligencia y reconocimiento, ocultando ciertas ideas a través de diversas palabras cuyo único uso es el de engrandecer el orgullo y la vanidad del autor.

De igual forma, muchos personajes tienen la responsabilidad por poseer cierta perspicacia y lucidez, explicar la complejidad de ciertos hechos o situaciones de la cual tienen conocimientos, se podría decir que esto forma parte de los dones que se les otorgó que deben usarse de forma idónea.

Estas virtudes deben ser puestas al servicio de la comunidad, no deben de ser usadas con el fin de aumentar su vanidad y engreimiento, en otras palabras, el conocimiento implica servicio más no poder egoísta.

Dios posee el don de contemplar, aceptar y comprender la simbología de los tiempos, es fundamental para él y el mundo aclarar aquellos sucesos, hechos o situaciones que se encuentran bajo la penumbra, por medio de la sencillez y la humildad.

El conocimiento será adquirido de forma totalitaria como un don celestial, en el momento en que la humildad expulse de forma definitiva a la vanidad, la altivez, por lo que se debe trabajar diariamente para dar paso a la humildad en cada uno de nuestros corazones.

Dar luz a los pensamientos de la humanidad debe ir en conformidad con el amparo, protección y ayuda a aquellos con mayor vulnerabilidad, en otras palabras, se debe aprovechar del conocimiento para defender a las personas que no puedan expresarse por completo y que son excluidos, estos deben tener un representante que exprese sus tan anhelados deseos, sin enaltecerse, y claro está convirtiendo la pugna en voz profética.

De igual forma es indispensable saber que cuando se busca saturar de alegorías incoherentes al conocimiento, lo que se está haciendo es alejar la verdad y la comprensibilidad de lo expuesto a la persona que va dirigido.

Por lo que se tiene la responsabilidad de crear caminos para hacer más fácil lo transmitido al destinatario, recordando que estamos en contactos sociales, donde diversos comportamientos convergen, y es por ello que nuestro intelecto debe ser usado para el bien, para denunciar las injusticias que puedan existir en la sociedad en la que vivimos.

Si nos dirigimos aun ejemplo de sencillez, grandiosidad e iluminación podremos colocar al Evangelio como este, ya que la palabra de Dios es transmitida a las diversas sociedades que han pasado a lo largo del tiempo, y estas tienen como objeto aclarar el conocimiento y orientar al entendimiento de la humanidad.

Por lo que esta reflexión católica es importante, ya que el conocimiento es un don de servicio que cada uno de nosotros tenemos y podemos explotar para dar claridad a aquellos sucesos oscuros, al igual que defender a quienes se encuentran excluidos.

¿Qué es la conversión?

Dentro de los temas católicas para reflexionar, este representa uno de gran importancia ya que el mismo te permite meditar a cerca de un cambio espiritual, sobre el significado de la conversión y la importancia de esta.

Se debe definir la acción de convertir a aquel acto en el que una persona o una cosa obtiene un cambio o transformación diferente a lo que era.

Por lo que en la religión católica convertirse se define como aquel cambio que decidimos realizar en nuestras vidas, donde se toma un camino diferente al que veníamos recorriendo, ejemplo de este es el que se presenta a continuación.

“Según el evangelio de Jonás, Dios había proclamado el asolamiento de Nínive, esta representaba una ciudad rendida a los malos vicios y a religiones y cultos no proclamados, por lo que en su labor de rectificar el mundo, encomienda la tarea a Jonás de anunciar la palabra de Dios y la vida que representa el ser cristiano.

Pero Jonás fue a cumplir su misión sin tener muchas ganas, y a pesar de esto anunció el deseo de la religión y por ende del señor como es debido, por más que dentro de sí quería que se cumpliera el final de la ciudad, ya que para él la población ninivita era enemiga de los judíos, y él era uno.

Pero para sorpresa de Jonás, el pueblo de ninivita junto al rey, aceptaron sus palabras e hicieron las tareas encomendadas porque creyeron en Dios, lo que ocasionó en ellos un cambio de rumbo, instruyéndose en base a las palabras del Señor, convirtiendo el camino de sus vidas en uno mejor”

Entonces, en base al ejemplo previo, la conversión implica un cambio realizado que origina desprenderse de una situación materialista, naturalista y humana, para acoger y aceptar una postura y posición angelical, celestial y divina.

De igual forma, convertir requiere preterir sobre los problemas insustanciales y triviales, colocándose en una nueva perspectiva, no dirigida en base a el tiempo sino a la eternidad que podremos tener, en otras palabras, ir por el camino que nos llevara al Reino del Señor.

Los deseos terrenales (los humanos) son pecados, estos buscan cumplir necesidades materiales y naturales (tener un carro lujoso, una gran casa, el sexo, entre otros), lo que origina el descuido a Dios, así como el abandono a recurrir a él como apoyo que nos ayuda a superar los problemas que padecen nuestras vidas.

Por lo que es importante tomar una postura angelical, refiriéndose con esto a la adoración el señor, haciendo su voluntad en el mundo terrenal, pero siempre pensando en nuestro Dios con todo nuestro corazón, viviendo de sus gracia y Dones otorgados, es decir, aceptar una postura espiritual llamada conversión.

Cambiar tu vida y comportamiento es causado por una transformación de la forma en la que piensas, es decir, transformar aquellos pensamientos naturistas y mundanos a unos de índole sobrenatural, en donde visualizamos la eternidad como principal objetivo.

Se puede decir que lo previamente expuesto, es el proceso que damos de dejar de pensar en mí, en el egoísmo propio, la satisfacción de mis más íntimos deseos y pasiones, para dirigir nuestros pensamientos más allá, abrirlos a Dios, ya que él fue quien nos dió el regalo de estar vivos.

Piensa que lo ocurrido en la historia de Nínive es un milagro, ya que es complicado para la humanidad transformar de un día para otro el ser egoísta, pensar en hacer el bien y ayudar al prójimo, sin que esté presente esa pequeña espinita de querer hacer lo que tu desees o más te convenga, entre otros; pero son cambios de perspectivas y mentalidades que en el futuro valdrán la pena, y por eso se te invita a la conversión.

La fe como sustituto del miedo

El ser humano en ocasiones vive con una sensación de angustia ocasionada por la presencia real o imaginaria de un peligro, a esto lo conocemos como miedo, este es el hecho de sentirnos desconfiados y preocupados porque algo no suceda como se desea, sino lo contrario.

Hay situaciones que nos sobrepasan y por ello dejamos que el miedo y angustia nos consuman, hasta casi ahogarnos sin saber que la fe es el mejor sustituto a ese sentimiento de desconfianza que nos origina el miedo, es por ello que este tema para jóvenes católicos de reflexión es imprescindible e importante para todos aquellos católicos que padecen circunstancias que los hacen temer.

El camino de nuestras vidas siempre tendrá momentos de gran auge y otros que no tanto, y esto forma parte de las decisiones que tomemos y como actuemos ante un problema o circunstancia que nos presente la vida.

Por lo que siempre habrá por elegir dos opciones una que vemos que es fácil y es la que nos permita “llegar” más rápido a nuestro objetivo, esta es la que mayormente causa consecuencias negativas en nuestra vida, en otras palabras, la opción mala; y la otra que es la difícil, siendo esta la más complicada de seguir, la que en ocasiones pensamos que fue la incorrecta pero cuando menos lo esperamos vemos crecer la semilla que sembramos, es la decisión buena.

Entonces no te has preguntado, ¿por qué? a pesar que la correcta decisión es la más difícil acostumbramos a tomar el camino más fácil, nos decidimos por aquel rumbo que vemos “más” viable, cuando en realidad es el fruto prohibido.

Se puede responder al cuestionamiento previo a través de una reflexión católica que esto es causado por la debilidad, ya que no sentimos la suficiente fortaleza de pensar que lograremos culminar el camino difícil.

Y es que, no te has puesto pensar que no hay ningún obstáculo que no podamos superar, Dios nos coloca trabas en el camino para fortalecernos, y él como buen sabio que es, sabe que sí podremos con ellas; así que en el fondo sabemos que pecamos porque al fin y al cabo el mal se nos presenta como un bien.

Aunque de igual forma, se puede decir que otra de las razones por las que pecamos es por el miedo, ya que se nos crea un sentimiento de pavor el pensar que no recibiremos el bien en su totalidad, donde el mismo será pleno y duradero.

Actuamos en el momento, no dejamos lo que tanto anhelamos para que se cumpla poco a poco, ya que se nos presenta la “oportunidad” a como dé lugar de resolver ciertos enigmas, problemas o situaciones que padecemos, por lo que tenemos miedo a que el bien mayor no nos llegue, es decir, no pensamos de forma lógica y racional en las consecuencias que pueden generar ciertas acciones o decisiones por miedo a perder la coyuntura que se presenta en el momento.

Asimismo, es sabido que dentro nuestro (en nuestro corazón) habita el juicio de que la bondad no se extiende, a fin de cuentas, al momento de morir todo lo bueno o malo que hayamos hecho es sepultado con nosotros.

Es por eso que tomar la elección de hacer lo correcto, hacer el bien en vez del mal se considera como un acto verdadero de fe, ya que al hacerlo colocamos nuestra entera confianza y reconocemos que, aunque la retribución no será inmediatamente, habrá una posteriormente, ya sea en la vida que vivimos o en la próxima que tendremos.

El pánico y el pavor es una figura tan cruel, que es capaz de consumir la fe que tenemos en nuestro señor, en nosotros mismos o en nuestros allegados, él destruye aquella esperanza que tengamos deteniéndonos de ser luz en la oscuridad, apaga nuestro fuego interno.

Por lo que debes fortificar tu fe, y que mejor herramienta que la oración; la fe es un obsequio y una gracia que cada uno de nosotros (los seres humanos) tenemos, e incluso puedes lograr que esta se incremente no solo en ti sino en los demás.

¡Abre las puertas a Cristo, cree en él! Él no solo nos transformas en mejores personas, también puede renovarnos, convertirnos en nuevos individuos.

Con la ayuda de Cristo el miedo cesará, no temas que él tome el control de tu vida, al contrario, confía, cree y ten fe en él, porque el señor desea lo mejor para cada uno de sus hijos.

Obsequia un poco de tu fe a los demás, cuando haces esto la tuya se incrementa y fortifica en ti, al igual que te permite abrirte paso al Reino de Dios, debes saber que Jesús nunca decepciona.

Si te consigues con alguien triste tienes la ocasión perfecta para aumentar tu propia fe, ayúdale a ver y creer en Cristo, que su fe aumente, y así sumarse al ejercito de Dios que busca eliminar el mal.

El mal es quien nos llena de miedo, y en ocasiones es originado por nuestra causa, cuando este es el caso, el demonio actúa y es ahí cuando dejamos que nos envuelva olvidándonos de la misericordia de Dios, por lo que se te invita a aproximarte a la confesión, sin tener miedo a reconciliarnos con el señor.

Debes recordar, que Jesús se sacrificó por nosotros, él murió por el pecado que cometió la humanidad, más él no es rencoroso, por lo que tú tampoco debes serlo, vive el presente, no en el pasado, Dios nunca dejará de protegerte, él quiere colmarte de bendiciones.

No seamos como Judas que permitió que Satán lo llenara de miedo consumiéndolo así, recuerda que la misericordia del señor no acaba nunca, y vivir los acontecimientos pasados no traen felicidad a nuestras vidas.

Asimismo, debes saber que lo malo que pueda ocurrir en nuestras vidas no siempre es consecuencia de nuestros actos; en ocasiones el señor permite que ocurran algunos sucesos no agradables para que nos acerquemos más a él, más no los origina.

Confía que el destino divino existe, y a pesar de las circunstancias difíciles que podamos pasar no le des permiso al demonio de derrumbarte, es la mano de Dios quien nos fortalece y arregla nuestra alma.

De igual forma, debemos encontrar apoyo en los temas católicos para reflexionar, así como en María nuestra madre, ya que ella servirá de orientadora para encontrar el camino correcto al Señor Jesús. Y cuando pienses que el dolor es tan alto que tumba tus posibilidades recuerda que Cristo puede actuar de forma directa.

¿Por qué se nos dificulta perdonar?

Como joven y adulto católico este un tema católico para reflexionar que te va a permitir, orientarte y el saber algunos cuestionamientos acerca del perdón, una palabra que quizás no tendrá valor para muchos, más la acción y aplicación de esta es importante porque nos permite liberar rencores acumulados por situaciones que nos hayan acontecido.

Cuando alguien nos lastima o nos hace daño por medio de una acción se nos enfrenta un dilema que quizás en algunas ocasiones no sabemos resolver, y ese es el de perdonar, esta es una de las pruebas más difíciles como seres humanos por la cual podemos pasar.

Para dar un ejemplo nos iremos a una de las enseñanzas dada por Jesús donde se observa este dilema, y este es el del hijo pródigo que malgastó su herencia.

“Un señor tenía dos hijos; un día el menor le solicita: «Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.» Por lo que el padre accedió y repartió la herencia.

Algunos días posteriores el hijo menor lo reunió todo y se fue a un lugar lejano donde derrochó su herencia viviendo como un libertino.

Cuando hubo gastado todo, el lugar donde se encontraba padeció de un hambre inmensa, lo que causó que el mismo padeciera de necesidades. Entonces, fue y se ajustó con uno de los pueblerinos de aquel lugar, y este lo envió a sus fincas a apacentar puercos.

Era tanta el hambre que pasaba, que el hijo menor deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y analizando lo vivido y aprendido se dijo: «¡Cuántos trabajadores de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré con mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus obreros.»

Por lo que se levantó y fue hacia la finca de su padre, cuando llegó lo observó y conmovido se abalanzó a abrazarlo, salud+o lleno de entusiasmo a las personas, y le dijo a su papá: «Padre, pequé contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.»

La reacción del padre fue distinta a la que pensaba, les dijo a sus siervos: «Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado». Y así inicio el gran festín.

Su hijo mayor que se encontraba en el campo, al regresar y oír la música y los bailes preguntó a uno de los obreros que ocurría, éste respondió: «Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.»

El hermano mayor se molestó e irritó, y no quería entrar, a lo que sale su padre y le suplica, pero él en respuesta dice: «Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu herencia con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!»

El padre le responde: «Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado.»

Por lo observado previamente, principalmente al final del relato, vemos como el hermano mayor acumuló un rencor hacia su hermano menor debido a la acción del menor en el pasado y del padre de celebrar la fiesta no lo hicieron por él.

Y ahora te preguntarás: ¿Habrá accedido a la súplica de su padre uniéndose así a la celebración o la habrá ignorado encerrándose en su tristeza auto compasiva? O ¿Pudo perdonar a su hermano menor por lo que hizo?

Estas son preguntas que se deben analizar para ser resueltas, ya que Jesús nunca nos dió la respuesta, por lo que es creíble que quisiera que meditáramos dicha parábola como si fuera vivida por nosotros en carne propia, porque es una decisión que en algún momento de nuestras vidas vamos a vivir.

Pueden pasar sucesos en nuestras vidas en los que una persona nos hiera mucho, ya sea por ser alcohólico, por ser adicto a las drogas, porque nos traicionan, o muchas más, y esto nos hará enfrentarnos al gran dilema de perdonar o no a esa persona.

Es importante saber que el perdón es lo que nos dará alivio a nuestro corazón, nos permitirá seguir adelante con el rumbo de nuestras vidas, y por ello es la única cura que existe, debemos aprender a dejar nuestras rabias y rencores y perdonar.

El padrenuestro es un acto simbólico de perdón, ya que al rezarlo estamos pidiendo al señor que nos perdone por las ofensas hechas hacia él; de igual forma otro acto simbólico de perdón fue cuando el mismo Jesús en su crucifixión alza la mirada al cielo y dice: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”.

Por lo que, existe un porque que hace que se nos dificulte perdonar y olvidar, y eso no es más que la constante vivencia en el pasado, es decir, podemos vivir constantemente en recuerdos del pasado que sean tristes, y una de las causas de ello se debe a la debilidad existente en nuestra fe y esperanza.

Como seres humanos que queremos incondicional y no entregamos por completo, es muy visto como nos encerramos en recuerdos del pasado de gran tristeza que origina la deformación de nuestras almas y el endurecimiento del corazón, en mi opinión propia masoquismo.

Esto causa que culpemos constantemente a aquellos hechos o sucesos que nos acontecieron, otorgándole el papel principal de nuestras debilidades, más no vemos (nos hacemos ciegos) a nuestras propias faltas, lo que nos impide aceptarlas humildemente y con ello generar cambios a nuestra conducta errónea con el objetivo de mejorar hasta que un día nos damos cuenta que la frustración, enojo y tristeza de aquel suceso nos envolvió a tal punto de no saber por dónde salir.

Este hecho representa una situación de peligro debido a que, si no destruimos ese ciclo u horma, nuestra vida se convertirá diariamente en un recuerdo triste del aquel suceso que padecimos.

Asimismo, esto genera que la tensión incremente cada día en lo largo de nuestras vidas, creando incluso ilusiones de que algo sucederá frustrándonos aún más.

Por lo que, si tomamos la decisión de irnos por el camino más fácil, donde la reconciliación y sacrificio son términos que no están presentes, estaríamos cosechando tormentos en nuestra vida, pero sería el camino que decidiste tomar.

Es entonces que perdonar se convierte en la acción más saludable que puedes tomar, esta té generará bienestar y tranquilidad, y aunque no lo creas existen los caminos que te permiten lograr perdonar.

Claro está, perdonar no implica fingir que no existen contratiempos e incertidumbres ni sentimientos, ni mucho menos el hecho de olvidar recuerdos y pensar que nunca hubo ofensa, ya que esto vivido no es algo que pueda ser sepultado por medio de una gran fuerza de voluntad, esto es mentira, no sirve, en algún momento los recuerdos surgen.

Cuando te hablamos de perdonar, es que tomes estos sentimientos negativos acumulados y actúes en base a ellos, como actuaria nuestro señor Jesucristo, este cuya característica es la de ser un hombre compasivo y misericordioso, que ilumina tanto a los justos como los injustos.

Debemos visualizar lo acontecido como una experiencia a la cual el señor accedió y aguantó a que sucediera para que con ello lleguemos a nuestra santificación, en otras palabras, volvernos santos en base a nuestros actos misericordiosos contra aquella persona o personas que hayan sido participes y culpables del suceso de gran dolor.En vez de hacernos “creer” que no estamos heridos.

Este es un acto simbólico donde la memoria incrementa a un nivel superior, donde se sustituye el recuerdo de tan gran dolor por las palabras de nuestro señor Cristo o por algún suceso de su vida.

El tener memoria, es un obsequio otorgado por el señor, esta es una gran habilidad que debemos aprender a usar de forma correcta. En este regalo podemos, a su vez, guardar recuerdos sanos, recuerdos bonitos, frases, palabras y/o acontecimientos de alto valor en nuestras vidas, así como la palabra del señor y las enseñanzas que nos dejó.

Cuando se nos presenten recuerdo de un suceso ofensivo pasado, tenemos la capacidad de reemplazarlo, y nada mejor que con las palabras de Cristo, traer las enseñanzas que nos dejó donde el perdón hace acto de presencia, generando también la oportunidad de honorificar y glorificar a su padre.

Por lo que cuando se presente un recuerdo triste y doloroso, en vez de pensar en él, podemos tomar otro rumbo a un recuerdo diferente donde Jesús sea participe, esto ocasionará el incremento de nuestra memoria por encima de lo terrenal, viviendo así en carne propia las palabras de Dios.

Con Jesús lograremos perdonar, él es el centro del perdón, el mismo nos otorga las herramientas necesarias para aprender a manejar y controlar nuestra memoria e imaginación, es él quien nos permite alzar nuestra capacidad de entendimiento limitada a los misterios del señor.

Él representa nuestra mayor fortaleza en tiempo de crisis, por lo que debemos combatir como cristianos católicos para vivir una vida con rumbo a la santidad, es decir, ser una buena persona siguiendo las palabras y enseñanzas de Dios.

Por lo que esta reflexión católica, quiere que te des cuenta que debemos confiar en él, con él lograremos ser felices y mantener siempre nuestras esperanzas, él nos otorga cosas buenas (dones u obsequios) que no debemos desaprovechar, y ante todo por medio de él logramos conseguir y otorgar el perdón, y así sanar.

Viveza del Mal

El mundo gira entorno a lo bueno y lo malo, las decisiones que tomamos no siempre son las buenas y correctas, y esto conlleva a que actuamos mal yéndonos al camino incorrecto, pero esto no siempre es culpa de nosotros mismos sino del mismo mal que se viste de bien.

Es por ello que, en este tema católico para reflexionar, se hablará sobre la astucia de la serpiente, para que así identifiques en sucesos posteriores de tu vida, quien es el personaje que se te para al frente y te ofrece caminos, si el mal o el bien.

Muchas veces, el señor Cristo a través de sus enseñanzas nos aconsejó que debemos ser prudentes, y ¿por qué esto?, bueno la prudencia es aquella capacidad que te permitirá pensar meticulosamente acerca de aquellos acontecimientos en tu vida que puedan generar un riesgo a futuro.

Por lo que nos inculcó esta capacidad a los fieles con el objetivo que no nos dejemos llevar por una ingenuidad ciega y peligrosa que nos pueda llevar a cometer actos malos, sino que por el contrario permitan que la cordura exista en nosotros a través de un amor vivaz y diligente de los dones del señor, tan vivo y activo que permitamos ver entre mis propios ropajes al mal que lo quiera robar.

Si nos vamos al evangelio del señor, en el de Mateo 7, 15 – 20, existe una clara enseñanza por parte de Jesús donde nos transmite el mensaje previo, el mismo dice así:

“Prevéngase de los falsos enviados, ellos se aproximan con piel de oveja, pero dentro de ellos existe un lobo avaricioso. Se darán cuenta por sus frutos, ya que todo árbol sano provee frutos buenos, pero el que no está sano provee frutos malos.

Un árbol saludable no puede dar frutos malos, ni por el contrario uno achacoso cosechar frutos buenos. Aquél que no dé frutos buenos se tala y se lanza al fuego. Por lo que sabrán diferenciar el mal por medio de los frutos”.

Este es un pequeño texto del evangelio, donde Jesús explica como actúa el mal, como engaña y como se le identifica.

El mismos inicia afirmando que en nuestras vidas se nos presentarán tanto rivales de visera erguidas, como falsos colegas, y por ello debemos visualizar minuciosamente a todo aquel que se nos acerca con buenas intenciones hasta asegurarnos que todo irá bien, es decir, ser vigilantes de los lobos que nos acechan y también de las ovejas con el objeto de observar que las mismas no sean lobos astutos disfrazados de ovejas.

Como cristiano católico es importante que lo anterior lo apliquemos por medio de un espíritu ágil e intenso, que constantemente esté alerta sobre las apariencias, entregando su confianza aquel que demuestre sus verdades intenciones y lo rectifiquemos posterior a un examen minucioso y astuto.

Es importante que tanto los fieles creyentes como los dirigentes católicos sepan ser astutos ante sucesos o circunstancia que se presenten, y quizás te preguntarás ¿Cómo diferenciar la falsa oveja de la verdadera?

Para dicho cuestionamiento, es importante que recuerdes la frase que nos dijo Jesús en el evangelio previo “Por sus frutos se sabrán quienes son los falsos elegidos”.

Por lo que se debe estar consciente, vigilante y observador a los individuos que se nos presenten en nuestras vidas, debemos de desarrollar la capacidad de análisis en cuanto a las corrientes y formas de actuar del allegado, con la finalidad de descubrir los frutos que cosecha, por medio del valor de estos y así evitar aquellos que sean malos.

Este es un deber fundamental para cada uno de los fieles, ya que es donde se observa la negación hacia falsas corrientes religiosas, al igual que a las fascinaciones de aquellos colegas que nos empujan o nos retienen en el mal en la mediocridad.

En el caso de los líderes católicos esta responsabilidad es mucho mayor, ya que ellos no solo observan y vigilan por ellos mismos sino también por los fieles con la finalidad de frenar que los mismos dejen de creer y por lo tanto distorsionen sus creencias dirigiéndolas a falsas corrientes o sectas opuestas a la iglesia.

Existen dirigentes que en su inocencia descuidan la practica continua de vigilancia, lo que hace que un gran número de creyentes se pierdan y confundan creyendo a aquellos adversarios de la iglesia. Recordemos que estos buscarán las formas de atraer a los fieles a través de tácticas y estrategias, y los fieles por estar ciegos ante “la buena fe” de estos, caerán en la trampa, serán engañados.

Por lo que el señor nos invita a estar atentos y prudentes a estos graves peligros, debemos ser astutos como serpientes, pero sencillos como palomas.

La misión de cristo es la de salvar a las almas de su pueblo, estas conforman un gran tesoro preciado que se debe proteger, y por lo tanto su pérdida implica un mal mayor a aquellos físicos o morales que podemos padecer, por ello él nos transmite esta misión como fieles.

Por lo que el líder católico debe tener los ojos abiertos y analizar profundamente como lo haría una serpiente, con el objeto de distinguir los posibles infiltrados del mal en las filas católicas, al igual que cualquier peligro donde la salvación de las almas de pueblo se presente revelada y exhibida en el grupo bajo su cargo.

Expuesto lo previo podemos visualizar que Jesús en el evangelio de Mateo 24, 4 -5 nos dijo lo mismo a través de la siguiente frase “Estad atentos a que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: «Yo soy el Mesías», y engañarán a muchos”.

Es elemental ser consciente que es un error pensar que el único peligro en el que los ambientes católicos se encuentran expuestos ocurre cuando se infiltran ideologías ajenas a nuestra corriente.

Por lo contrario, las corrientes falsas, de igual forma buscarán vestirse de una apariencia buena, garantizando que son aprobaciones de la iglesia católica, promoviendo la alegría, una tolerancia y flexibilidad que funciona como una cuesta escurridiza por donde los fieles se deslizan fácilmente, y sin darse cuenta terminan parando en el pecado.

Otro texto donde Jesús refleja una enseñanza acerca del mal vestido del bien es en el evangelio de Juan 2, 23 – 25 “Cuando Cristo se encontraba en Jerusalén por las fiestas de pascuas, muchos creyeron en él, viendo los símbolos que hacía, pero él no tenía su confianza puesta en ellos, porque sabía quiénes eran sin la necesidad de un testimonio de nadie sobre el hombre, ya que él conocía los deseos internos de cada hombre”.

Dentro de este ejemplo, el maestro nos enseña que en ocasiones dentro de las manifestaciones entusiastas de la iglesia pueden haber ciertas incitaciones, por lo que tenemos la obligación de hacer valer todos nuestros recursos para diferenciar aquello que puede ser un error, una debilidad o que esté equivocado.

Cristo no negará a aquel apóstol que realmente es humilde y generoso; aquel que no actúa en base a sus palabras, si es necesario, mostrará luces carismáticas y sobrenaturales con el fin de hacerse valer, por lo que debemos ser vigilantes y distinguir los verdaderos creyentes de la iglesia, así como los falsos amigos de la iglesia.

Jesús nos otorga las herramientas necesarias para hacer el bien y no el mal, y por ello una de sus tareas hacia nosotros es la de diferenciar lo que está bien de lo que esta mal, por lo que cumplamos la misma, ya que él es nuestra fortaleza y no permitirá que caigamos si estamos junto a él, se espera que esta reflexión católica para jóvenes y adultos te haya servido de ayuda.

Cosechas lo que Siembras

Es importante como ser humano actuar bien para recibir todo lo bueno que esa acción te trae, por lo que este tema católico para reflexionar dentro de las previas reflexiones católicas, te permitirá meditar acerca de la parábola de la semilla de mostaza para que aprendas el porqué de lo que cosechas es el resultado de lo que siembras.

Para hablar sobre el tema se mencionará el evangelio de Marcos 4, 30 – 34 sobre dicha metáfora, y dice así:

“Jesús dijo: ¿A qué se asemeja el Reino de Dios? ¿Con qué se puede comparar?, los discípulos se quedaron expectantes, a lo que él responde: Es similar a una semilla de mostaza, cuando se planta es la más pequeña de todas las semillas que pueden sembrarse, pero ya sembrada, cuando crece, la misma se vuelve más grande que todas las cosechas del huerto, y las ramas de la planta se vuelven tan grandes que los pájaros buscan refugio en su sombra”.

Cristo, en muchas ocasiones usó como expresión “pequeña como una semilla de mostaza” para enseñarnos que a pesar que la misma era chiquita, cuando se cosechaba lograba convertirse en una gran planta llegando a alcanzar hasta casi cuatro metros de altura con un fuerte y robusto tallo como el brazo de un hombre, en otras palabras, una cosecha muy grande.

De igual forma otra referencia a mencionar es la del evangelio de San Marcos 4, versículo del 26 al 34, el cual dice: “El hombre planta su campo, y sin saber por qué o como, la semilla brota y crece”

Estas parábolas hacen referencia principalmente al crecimiento de lo que cosechamos, es decir, cuando en tu vida cosechas algo, la misma te devolverá el doble de lo que siembras, por lo que si cosechas semillas buenas, la vida te devolverá el doble de esa siembra buena; esta acción se ve en simples actos como lo son hacer un favor humilde y sin interés, y cuando menos lo esperes recibes el doble de eso sin necesidad de pedirlo.

Por lo que es en esto como Dios se visualiza como un ser generoso, mucho más de lo que incluso podamos llegar a ser nosotros, ya que él siempre nos favorece otorgándonos mucho más de lo que nosotros ofrecemos, y más si hacemos buenas acciones con todo el corazón.

A esto también lo podemos conocer como la cadena de favores, en donde cada vez que hagamos una buena acción (un favor) el señor no los multiplica y a su vez las personas aprenden a ayudar al prójimo desinteresadamente, multiplicándole  a ellos esa buena acción.

El ejemplo previo, nos sirve para comprender que aquel que cosecha semillas tendrá la esperanza de obtener sus frutos, sin saber cómo Dios hizo para que las semillas germinarán, porque en sí la importancia no es el proceso de cómo se dió ese fruto si no la acción y esfuerzo que tu hiciste para que el mismo se originara, por lo contrario, si no siembras nada no esperes frutos.

Si te colocas a analizar esta parábola y esta reflexión por medio de tus experiencias propias, quizás te habrás dado cuenta que en el algún momento de tu vida que hayas actuado de buena fe, esta acción te ha traído repercusiones tan buenas que incluso no lo hubieras imaginado en su momento.

Dios provee de fuerza y estabilidad a lo que sembramos, permitiendo su crecimiento saludable, por lo que cada una de nuestras acciones por mínimas que sean, y hechas con buenas intenciones traerán consigo consecuencias y resultados que no lo imaginamos; es por ello que es fundamental realizar acciones pequeñas o grandes poniendo todo nuestro corazón en ellas desinteresadamente, con humildad y bondad, y verás que el señor se ocupará de incrementarlas y redoblarlas.

El primer ejemplo sobre la semilla de mostaza, explica explícitamente esto, ya que esta reflexión busca hacernos ver que las cosas pequeñas tienen incluso mayor importancia que las grandes, un indicativo de esto se observa en acciones como son: formar una familia, la existencia de honradez en el hogar, decir la verdad, que la justicia sea aplicada, entre otros casos.

Todo esto crecerá, con el favor de Dios, ya que son actos pequeños de gran valor, por lo que siembra cosas buenas para recibir el doble de ellas, esta reflexión católica quiere que aportes tu granito de arena en la humanidad y no temas de hacerlo, que todo aquello que se hace con alegría y entusiasmo es bien visto por el señor y él te lo recompensará.

Vive, no mueras paulatinamente

Este tema para jóvenes católicos de reflexión, tiene como búsqueda encontrarnos con nosotros mismos, y ver la vida como un regalo de mucha felicidad, para que así no permitas que la misma muera en ti lentamente.

La vida es un regalo que Dios nos otorgó, por lo que debes vivir cada momento de ella, no permitas que sucesos tristes que te ocurran te desanimen a vivir con felicidad; a pesar de los momentos difíciles ella te sonreirá, claro está, tienes que descubrir esa sonrisa.

En cada mínimo detalle que se nos presente existe belleza incomparable, existe una esencia única. Y para lograr la felicidad debes saber que el tiempo sobra y es interminable, y aprender que debemos ver con los ojos de nuestra alma, es allí cuando surgirán los deseos de disfrutar la vida.

La vida no es una carrera contra reloj, esta representa un gran tesoro que hay que tomar poco a poco, que hay que compartirlo, es un soplido de la eternidad que Dios nos otorgó.

Esta es el saber disfrutar y repartir todo el cariño que habita en ti, de igual forma tomar ese cariño que te rodea (en la familia, en el trabajo, en los amigos, en un paseo, cuando la lluvia te acaricia, el viento sopla y te toca…), la vida representa el continuo aprendizaje del amor.

Es la vida la que te dá el privilegio de amar, divertirte, observar, jugar, bailar… Por lo que vive sin temor a perder, ya que el que vive en constante miedo no podrá ser libre; hay que vivir en el presente, el pasado ya pasó y el futuro no ha llegado.

Descubriendo el significado de tu vida, podrás caminar hacia tu destino alegremente, con Dios apoyándote, siendo tu fortaleza, por lo que aprende a vivir y no desaproveches el tiempo para así no morir sin saber lo que es vivir, no morir lentamente, y la siguiente reflexión te servirá para entender aún más el tema.

“Aquel que no disfruta de las cosas tan pequeñas como lo es viajar, leer, escuchar música, encontrar su encanto propio, se encuentra en una muerte lenta y silenciosa.

 Si no te dejas ayudar, si te conviertes en esclavo de los hábitos, si no das el paso para cambiar tu rutina o incluso no te arriesgas a conversar con alguien que no conoces, estas muriendo lentamente.

Si evitas vivir pasiones, que las emociones te llenen y se aglomeren y muevan en ti, que rescaten el brillo de tus ojos y los corazones caídos, estas muriendo lentamente.

Cuando te encuentras insatisfecho por tu vida y no buscas generar cambio, o no te atreves a perseguir tus sueños dejando a un lado lo seguro por lo incierto en al menos una ocasión de tu vida, estarás muriendo lentamente.

Por lo que vives hoy, vives el presente, no tengas miedo de lo distinto, de lo no común, arriésgate, persigue tus sueños, y así estarás viviendo y no muriendo en vida”.

Como observaste esta reflexión católica quiere que medites acerca de lo que significa vivir y la importancia tan significativa que tiene. ¡Abre los ojos!

El amor como motor que mueve al mundo

Jesús en su momento nos los dijo: “Deben amarse como yo los amo”, y quizás no te habías puesto a pensar que el trasfondo de esta frase es que el amor es el secreto de la vida, es un motor que nos mueve, y por ello este tema católico para reflexionar, tiene como fin meditar acerca del amor como motor que mueve al mundo.

Si se medita sobre la historia del mundo, vemos como dentro de esta existe un sin fin de acciones, son vistas como algo imborrable, experiencias que obtenemos que forman parte importante en nosotros, incluyen momentos de pasión y momentos de lucidez.

La historia es el actor que deja a un lado palabras o promesas que no se han cumplido, lo que se hace es lo que cuenta, por lo que ponemos en práctica acciones con el fin de cumplir un propósito, una meta o incluso un objetivo, y para ello colocamos de nuestro mayor entusiasmo y cariño.

Pero no te has preguntado ¿Cuál es el motor oculto de la vida?, ¿Qué es aquello que permite nuestra existencia? ¿Por qué hacemos y tomamos decisiones, como lo es por ejemplo formar una familia con tu pareja?

A estos cuestionamientos no hay más respuesta que una contemplada en una palabra, y esa es el amor, este es el motor que mueve al mundo, y es que si te colocas a meditar Dios creo al mundo por amor.

Él quería crear algo lleno de luz, donde el sol, la tierra, los vientos, las lunas, las estrellas, el mar, los animales o incluso los seres humanos somos participes de este mundo, el amor fue la causa que lo impulso a esto, a crearnos.

Por el amor, Dios creó una imagen semejante a él en la tierra (el hombre y la mujer) y aunque se cometió pecados, él no nos dejó de amar. Por amor envió a su propio hijo a la tierra para librarnos de nuestros pecados y obtener el perdón, y éste dió su sangre y espíritu para salvarnos, esto es el amor, es el motor del mundo.

La vida es un obsequio otorgado por el señor, y ¿crees que si no te amara estuvieras vivo?, la vida es amor verdadero, amor católico, amor en el mundo que no se apaga por las esperanzas existentes en cada uno de nosotros.

Existirá más paz, armonía, justicia, alegría y fe por amor, porque como se ha expuesto el amor es el motor que mueve el mundo, y este lo ha sido desde millones de años, es la fuerza que nos impulsa, que nunca acaba y que está en cada uno de nuestros corazones.

Ser bondadosos y felices

Como fieles creyentes católicos, o incluso como humanos, siembre buscamos ser felices, queremos que la felicidad sea parte nuestras vidas, es por ello que este tema católico para reflexionar o reflexión católica nos indica cómo serlo, cual es la relación entre bondad y felicidad que hace que ese deseo de ser feliz sea posible.

Pensamos que existe un dispositivo que permite obtener directamente la felicidad por ejemplo, cuando visualizamos un anuncio publicitario sobre un determinado producto, la misma busca realzar al producto, nos ofrece algo inimaginable, pero existen ocasiones que al probar el producto te das cuenta que no es tal como lo pintaron, esto mismo ocurre con la felicidad.

Llegamos a creer que la felicidad la encontramos en simples deseos terrenales, cosas materiales o naturalista, y estamos equivocados en eso, ya que la felicidad debemos de buscarla primordialmente en el espíritu (conocer y amar) y cuando nos referimos a esto, aludimos en que a través de acciones espontaneas que buscan hacer el bien esta la felicidad de forma intrínseca.

Esto nos permite orientar nuestra vida, como decía Manzoni “no a estar bien, sino a hacer el bien, y así estaremos mucho mejor”, dicho de otra forma, no debemos buscar ser felices sino ser buenas personas ya que dentro de las acciones hechas con todo el corazón para el bien esta la felicidad, porque me convierto en un buen individuo.

Es por ello que ser buenos es la mejor forma en la honramos ser personas justas.

En materia filosófica, se determina que el hombre se encuentra buscando constantemente la felicidad, la cual no es más que el placer y el gusto de cumplir con todas sus funciones esto por medio de las habilidades y facultades supremas propias del individuo que originan el conocimiento del sentirse realizado (inteligencia) y también de como elaborar esa plenitud (voluntad).

Aunque es importante saber que la plenitud o  voluntad reside en el afecto, el querer y por lo tanto esta facultad no inquiere sobre estar bien, sino que busca por medio de la libertad seleccionar lo bueno de lo malo, en otras palabras, la voluntad es un elemento importante en el proceso operacional que consiste realizar buenas acciones, pero esta no tiene el objetivo de ser feliz sino la finalidad de seleccionar lo que parece como bueno en base a sus deseos.

Es por ello que debemos buscar hacer el bien en pequeñas acciones, ser buenos, causando así la aparición de la felicidad; por el contrario, quien busca satisfacer sus deseos terrenales originando una sensación de placer, y no buscan ser buenos, no encuentran más que insatisfacción.

Este sistema que implica la felicidad, puede parecer un tanto complicado, ya que si analizamos quizás nos preguntamos ¿Y qué sentido tiene que la felicidad aparezca luego de una buena acción?

Pues, aunque lo dudes si tiene sentido ya que es distinto un placer originado por haber hecho el bien siendo este duradero, a uno que se disfraza de felicidad y cuando pasa dejan un vacío en nosotros, estos placeres son pasajeros en el momento nos sentimos bien y “felices” pero luego esta sensación se esfuma.

Por ello en un acto de bondad se encuentra la felicidad, pero es importante destacar que la voluntad es solo un elemento presente para hacer el bien, más el bien supremo se encuentra en el amor.

El amor conforma otro elemento importante para llegar a la felicidad, ya que aquel que vive en el amor, reconoce de este y se dedica a amar, encontrará fácilmente la felicidad, un corazón que ama y sabe querer, es un corazón feliz.

Por lo que parece ser buenas personas, no solo hace falta un acto moral de obligación donde hagas el bien, sino también que dentro de este acto debe estar presente el amor.

La felicidad que no es buscada conscientemente viene cuando la bondad está presente. Y para convertirnos en buenas personas, debemos de dejar de pensar (por un momento) en uno mismo, por el contrario, debemos de buscar el bien hacia los demás.

Como dijo Tomas Melendo:” Debemos cultivar el amor, esta es la única forma de que la felicidad llega a nosotros sin necesidad de buscarla, vendrá como un regalo pleno, por lo que el amor es quien hace crecer la dicha”

La alegría se logra siempre al tener lo bueno que buscábamos, y esto nos lleva entonces no solo desde el gozo más sensible hasta el éxtasis pleno de la felicidad, por lo que debemos salir de nosotros mismos, y buscar el bien de los demás.

El deleite de la felicidad es fruto del amor, huella de integridad en la construcción personal, «querer al otro en cuanto otro», es decir, amar.

También el intelecto del ser humano sobre el de los animales es la aptitud que permite olvidarnos del egoísmo propio, del bien propio para ver más allá de nosotros, es decir, querer y procurar el bien de los que nos rodean, en otras palabras, pensar en querer y no en que me quieran.

Es por ello que nosotros, somos semejantes al señor, somos su imagen, Dios nos creó por amor, por lo que quien obra por este, da de este y quiere solo amor, intercambio, reciprocidad o amistad, y también puede otorgar amor, puede vivir de él, es un hombre feliz.

Al contrario de quien que no lo hace, este es un hombre frustrado, es un hombre limitado y restringido a una cosa, no llegará a la felicidad plena.

El hombre encuentra la plenitud de la felicidad cuando entrega de sí todo lo bueno en bienestar de los demás, por eso Dios lo ama por sí mismo tal cual es, con sus imperfecciones y es él quien promueve en nosotros el bien.

Somos seres de bondad, es por eso que somos buenos cuando buscamos hacer el bien al prójimo, pero somos malos cuando nuestras acciones buscan perjudicar el prójimo, sin saber que nos autodestruimos de esa forma.

Claro está, cuando nos sentimos arrepentidos de actuar de forma incorrecta, hace acto de presencia el perdón, pues el amor es productivo, nos trae frutos, y Dios nos ama tanto que acepta nuestros arrepentimientos cuando estos son sinceros.

Es fruto del amor la misericordia que mueve el perdón en todo, esto también forma parte de la felicidad, por lo que deber buscar la bondad en tu corazón, debes amar, perdonar y pedir perdón cuando es requerido, y se espera que el tema para jóvenes católicos de reflexión haya hecho mella en ti.

Medicamento para la Desesperanza

Existen ocasiones en nuestras vidas que nos llevan al límite de perder la esperanza, pero no debes padecer por el dolor que esto puede causar ya que esta reflexión católica para jóvenes y adultos te permitirá conocer el antídoto contra la desesperanza.

La desesperanza es un estado de ánimo donde perdemos la fe y con ello desaparece nuestra esperanza, esta representa un gran peligro a nuestro espíritu y nuestra vida espiritual.

La misma es causada a raíz de sucesos o hechos que nos sobrepasan y ocasionan en nosotros pensamientos negativos como lo es pensar que no existe un remedio, que no hay soluciones, que no hay mejoras, pensar que nuestra vida fue hecha con una serie de fallas y equivocaciones y culpas sin un final, que incluso no existe la manera de rectificarnos ya que no hay forma que Dios nos perdone nuestros pecados, cayendo así en el pecado de no tener esperanzas.

Santo Tomás de Aquino, en uno de sus escritos, determina que los pecados más grandes son aquellos que van en contra de las capacidades teólogas, principalmente contra la virtud de la caridad.

Esto se puede reflejar cuando cometemos acciones en contra del amor del señor y contra el amor del prójimo. También cuando cometemos el pecado de incredulidad donde negamos de la fe, de la creencia que por medio de Jesús Dios habló.

Siendo estos ejemplos de pecados, Santo Tomas de Aquino, determina que la desesperanza de igual forma es un uno de los pecados más grande, tan inmenso que incluso hace mella en la profundidad de nuestro corazón, es en este centro esencial donde surgen los deseos de cada uno de nosotros y donde nacen nuestras acciones.

La desesperanza es capaz de paralizarnos, nos sujeta tan fuertemente que impide que nosotros empecemos a trabajar para buscar mejorar, por ello es considerada un pecado muy grave, ya que las consecuencias que produce son altamente peligrosas para nosotros y para quien nos rodea.

Aquel que pierde las esperanzas, pierde los ánimos de combatir, dando vía libre a las inmoralidades, piensa y acepta que no puede cambiar y por ello se aleja de las buenas obras y de la ruta hacia la virtud, el desesperanzado se derrumba al abismo de la tristeza inmovilizando así sus energías que lo impulsan a continuar.

Para evitar caer en el pecado de la desesperanza, y así originar un cambio en nosotros mismos, el primer paso que se debe dar es abrir los ojos y observar el peligro tan grande que implica pecar por la desesperación.

Pero no solo basta esto, ya que como se dijo previamente la desesperanza es capaz de cobijarnos, dominándonos de a poco, hasta llegar a paralizarnos sin poder reaccionar.

Por ello esta reflexión católica quiere que sepas que el mejor medicamento y antídoto, tan fuerte de acabar con este pecado es la confianza, confiar que Dios está con nosotros y es misericordioso, confiar y descubrir el amor tan grande que profesa por nosotros.

Viendo un ejemplo, se puede visualizar en el Evangelio como Jesús convivió con los pecadores y no los alejó ni discriminó, por el contrario busca que estos se arrepintieran y reconocieran sus más grandes errores. Cristo les habló con respeto sin reprocharle sus pecados.

A través de su observación buscaba llegar a lo más profundo de sus almas, para remover las aguas de sus corazones, abriéndole los ojos para que sepan que Dios existe, y es él quien desaparece sus pecados, la tentación de pecar, purificando sus almas, perdonando y otorgando la recuperación de la dignidad como hijos de él que somos todos.

Existen ocasiones en la que somos muy rígidos con nosotros mismos, nos culpamos de las acciones que por tentación cometemos, lo que causa que no nos perdonemos por nuestros pecados.

Es tanto el dolor que sentimos, que hacemos que nuestras faltas, nuestras acciones egoístas y nuestros pecados nos consuman desgraciadamente, a tal magnitud de gravedad que nos humillamos y dejamos que el dolor nos envuelva originando poco a poco el crecimiento de la desesperanza en nuestros corazones.

Es en estos momentos cuando más que nunca debes creer en Dios, en que él está ahí observándote, otorgando su mano para darte apoyo y no desesperes, está siendo tu fortaleza.

Por lo que intensifica tu fe por medio del evangelio, abre la biblia y lee las enseñanzas que esta te ofrece para así meditar acerca de estos sentimientos.

Un texto de San Lucas sobe la misericordia o un Salmo de perdón o incluso una carta como fue la del apóstol San Juan que dice “En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él, en el caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo”, son grandes temas católicos para reflexionar que te ayudarán a salir de la tristeza que te embarga.

El mejor antídoto entonces será Dios, es él quien bajo su mirada fortifica nuestros corazones otorgándonos paz, es él quien puede otorgarnos la fuerza necesaria para continuar con alegría por el camino de la vida.

Con él logramos el perdón, y esta es la mayor seguridad que podemos sentir en nuestras vidas, en nuestros corazones, a pesar de los hechos que hayan podido pasar.

Mientras confiemos y mantengamos la esperanza como orientadora de nuestros pasos en el camino, lograremos llegar al señor, al Reino de Dios. Y él nos recibirá gustoso.

Más allá de la tentación

Existen muchas incitaciones que hacen que por nuestra inocencia caigamos en ellas, es por eso que este tema para jóvenes católicos de reflexión tiene como objeto la búsqueda y meditación sobre lo que ocurre más allá de las tentaciones.

Como bien se sabe la tentación se define por querer generar en nosotros atracciones y sugestiones de algo prohibido, algo que está mal, absorbiendo y arrastrándonos hasta que nosotros actuemos como ella quiere.

Esta se presenta como la solución a nuestros problemas personales, como algo que está bien, que no hace daño o incluso como un camino más fácil de recorrer para lograr las metas que nos propongamos hasta llegar a la felicidad.

Pero pese a esto, la tentación es un sentimiento débil, ella no se percata de la presencia de Dios en nosotros, que él está en lo profundo de nuestras almas, que él se interesa por nosotros, nos busca, nos acompaña, nos guía al mejor camino por difícil que sea y por sobretodo nos ama.

Esto es lo que ocasiona que por muy grande que sea la tentación podemos ignorarla, y es allí cuando tomamos las riendas de nuestras vidas y decidimos vivirla de otra forma, la forma correcta.

La vida correcta puede causar que no nos percatemos si nos encontramos cansados o felices, si vivimos con muchas cosas o por el contrario nos faltan porque la verdadera importancia radica en la madurez profunda y serena que adquirimos por esta, permitiendo que nuestro corazón se ancle en la bondad divina

La vida de los cristianos católicos no se basa solamente en combatir para evitar que nos caigamos, en evitar que huíamos de las incitaciones y así mantener un poco de la gracia que se nos otorgó al momento de bautizarnos y cumplir con los otros sacramentos, no es una vida de obstáculos y de batallas para defendernos constantemente.

La vida cristiana es mucho mejor que eso, esta es una vida donde debemos conquistar nuestros sueños, donde debemos dar el paso a la búsqueda de lo desconocido, lanzarnos a obrar con buena fe para ayudar al prójimo, para escucharlo, ayudarlo, apoyarlo o simplemente otorgarle una sonrisa cuando lo necesite.

Por ello cuando damos ese primer paso por este camino tan bonito de la vida, cuando dejamos que el amor sea nuestra guía en cada paso a dar, en ese preciso instante la tentación se va desvaneciendo poco a poco, porque no tiene como atraparnos, se convierte en un hueco vacío, indefenso, sin nada.

Tenemos la responsabilidad de averiguar la fuerza de nuestra fe cristiana, el pecado nunca será capaz de ocupar un corazón destinado a lo eterno.

Solo el amor verdadero, el amor pleno, el amor humilde y único tiene la capacidad de dar un significado a cada uno de nuestros pasos, es el amor que nos otorga el señor que permite fortalecernos para salir de las tinieblas y así entrar al mundo de la vida.

Puede pasar que en alguna oportunidad dejemos que la tentación entre a nosotros, pero debes saber que eres fuerte, y si saliste de ella es algo que quedo en el pasado, el pedir perdón es lo que nos permitirá limpiar nuestros corazones, cuando confiesas lo que hiciste te liberas de un peso que cargabas en tus hombros y esto te permite estar en paz para continuar con tu rumbo y saber que la tentación no es el mejor camino.

Es en este momento que la vida cambia, es una experiencia única e irremplazable descubrir nuestra vocación cristiana, la belleza que esta conlleva, y así iniciaremos a ser hijos en el hijo, ovejas que fueron rescatadas y dejaron ser llevadas por el pastor bueno.

Pero es importante que nos responsabilicemos en vigilar nuestro corazón, evitar aquellos pensamientos, deseos o actos que impidan llegar a la paz.

Para llegar a la paz debemos luchar y combatir lo que está mal, esta es la exigencia que la misma tiene, y cuando hablamos de combatir lo que está mal hacemos referencia a luchar contra la soberbia, la ambición en exceso, los deseos impuros, la vanidad, la sensibilidad, la envidia, el resentimiento, el miedo falso.

Nuestro corazón es un constante campo de batalla, en donde combate el bien y el mal, está en ti aceptar lo que mejor te convenga, y cuando nos referimos a esto, es aceptar si quieres dejar entrar a Jesús o por el contrario al demonio, recuerda que depende de la decisión que tomes si ganas o pierdes la paz plena.

Se espera que cada uno de estos temas católicos para reflexionar o reflexiones católicas, hayan hecho mella en ti, hayan abierto tu corazón a Dios, y que por medio de la reflexión sobre estos te des cuenta que el mejor camino es el que sigues junto a el señor.

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